04/03/2011 | LOCALES
Decir que ha hecho de todo es repasar rápidamente que fue tropero, alambrador, tambero y productor de quesos, agregando que en los tiempos libres fue jockey y corría carreras de caballos.
Recuerda que sus padres lo hacían trabajar, y así fue desde la adolescencia. “Desde que yo recuerdo las cosas han cambiado mucho. Cuando se originó la colonia Arroyo Malo, había mucha gente y el movimiento era otro”, comentó al momento de repasar aquellos años. “Ahora quedamos pocos”, añadió, afirmando que la vida es linda y mejor que antes porque hay “otras comodidades”.
“Seguramente desde que instalaron el servicio de energía eléctrica mejoró un cien por ciento todo. Con la corriente solucionaron mucha cosa”, dijo. Al rememorar viejos tiempos, don Acosta dijo que hubo años buenos y de los otros. “Claro que hubo años en los que tuvimos la oportunidad de hacer algo y así poder adelantar un poco más y avanzar. Tradicionalmente por estos campos se plantó trigo, lino y girasol. Ahora los campos están dominados por la soja y el trigo, y algún sorgo perdido”.
A medida que la charla continúa, don Acosta avanza con el trabajo, ayudado por un joven, quien extiende la zanja hasta el bebedero de los animales. Si bien para este hombre de campo los oficios no se han perdido, las herramientas modernas han transformado en más viables las tareas. “Hay mucho adelanto. Trabajar hay que trabajar, pero hay mucho adelanto de maquinaria y ello hace más fácil todo lo que uno va a encarar”. La vida de don Alberto está entre Quebracho y su chacra en la colonia. “Trato siempre de estar haciendo algo. Me paso el tiempo que me necesiten. Ahora estamos haciendo una canaleta para colocar unos ductos y así poder llevar agua desde el molino hasta el bebedero para los animales. Es algo que hacemos con mucha dedicación, esmero y en lo posible precisión”, puntualizó.
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